Nos
quieren imponer una navidad sin Cristo, una fiesta magnífica cargada
de valores humanos, de fraternidad, de emociones y de simpáticas
algarabías, pero sin Cristo, sin contenido salvifico.
La
navidad de Cocacola con su gordito bonachón, la de los divertidos osos
polares, las fiestas celtas de un espíritu interplanetario que, desde
los confines de la galaxia, visita la tierra para alegrar los
corazones y "llenar el mundo de felicidad", no son más que las
herramientas y los signos del trabajo que hace el paganismo por
descristianizar la Navidad.
Nos ofrecen afecto sin
amor, amor sin sacrificio, sacrificio sin cruz, cruz sin clavos.
Nos presentan una fiesta que no llena corazones sino bolsillos,
mientras el pesebre se queda vacío.
Es
impresionante la calidad de producción televisiva y el contenido
semántico que las fiestas sin Cristo nos presentan.
El uso y abuso de
los recursos de la publicidad, del mercadeo y de la tecnología para
robarnos a Cristo hace necesario un esfuerzo adicional para predicarle
al mundo una Navidad auténtica. Que el propio Señor Jesucristo nos
ayude y asista en esta misión frente a esta apostasía contemporánea.
Padre Alberto, de La Purísima y San Benito.
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