sábado, 12 de abril de 2014

EL TIEMPO DE CUARESMA



EL TIEMPO DE CUARESMA      -      CUARTA  PARTE



REFLEXIONES, SUGERENCIAS Y RECOMENDACIONES
Mons. JOSÉ ANTONIO EGUREN ANSELMI, S.C.V.
Arzobispo Metropolitano de Piura

 



El lugar de la celebración

Se debe buscar la mayor austeridad posible, tanto para el altar, el presbiterio, y los demás lugares y elementos celebrativos. Únicamente se debe conservar lo que sea necesario para que el lugar resulte acogedor y ordenado. La austeridad de los elementos con que se presenta en estos días la iglesia (el templo), contrapuesta a la manera festiva con que se celebrará la Pascua y el tiempo pascual, ayudará a captar el sentido de “paso” (pascua = paso) que tienen las celebraciones de este ciclo.

Durante la Cuaresma hay que suprimir, pues, las flores (las que pueden ser sustituidas por plantas ornamentales), las alfombras no necesarias, la música instrumental, a no ser que sea del todo imprescindible para un buen canto.

Una práctica que en algunas iglesias podría ser expresiva es la de recubrir el altar, fuera de la celebración eucarística, con un paño de tela morada.

Finalmente hay que recordar, que la misma austeridad en flores y adornos debe también aplicarse al lugar de la reserva eucarística y a la bendición con el Santísimo, pues debe haber una gran coherencia entre el culto que se da al Santísimo y la celebración de la misa.2 La misma coherencia debe manifestarse entre la liturgia y las expresiones de la piedad popular.3 Así, pues, tampoco caben elementos festivos, durante los días cuaresmales y de Semana Santa, ni en el altar de la reserva ni en la exposición del Santísimo.

 
Solemnidades, fiestas y memorias durante la Cuaresma

Otro punto que debe cuidarse es el de las maneras de celebrar las fiestas del Santoral durante la Cuaresma. El factor fundamental consiste en procurar que la Cuaresma no quede oscurecida por celebraciones ajenas a la misma. Precisamente para lograr este fin, el Calendario romano ha procurado alejar de este tiempo las celebraciones de los santos.

De hecho durante todo el largo período cuaresmal, sólo se celebran un máximo de cuatro festividades (además de alguna solemnidad o fiesta de los calendarios particulares): San Cirilo y San Metodio (14 de febrero); la Cátedra de San Pedro (22 de febrero); San José, casto esposo de la Virgen María (19 de marzo) y la Anunciación del Señor (25 de marzo). En todo caso en la manera de celebrar estas fiestas no deberá darse la impresión de que se “interrumpe la Cuaresma”, sino más bien habrá que inscribir estas fiestas en la espiritualidad y la dinámica de este tiempo litúrgico.

Con respecto a la memoria de los santos, hay que recordar que durante la Cuaresma todas ellas son libres y si se celebran, se debe hacer con ornamentos morados, y del modo como indican las normas litúrgicas.

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