LA ALEGRÍA DEL AMOR
Este
pasado viernes 08 de abril de 2016, el Papa Francisco publicó el esperado
documento sobre la familia que arriba a los dos años de trabajo entre dos
sínodos de obispos, uno extraordinario y otro ordinario. Significó un trabajo de mucha consulta y participación
del episcopado mundial, relacionado con la temática sobre la familia en el
mundo actual, tocando aspectos que van desde las familias en situaciones irregulares hasta la comunión a los divorciados que se han vuelto a casar.
Este
documento lleva por nombre la AmorisLaetitia (AL) o La Alegría del Amor,cuya
finalidad es dar la buena nueva del anuncio cristiano, sobre la familia para
“ampliar nuestra mirada y reavivar nuestra conciencia sobre la importancia del
matrimonio y la familia”.
AmorisLaetitia o La Alegría del Amor, toma
un carácter importante en
este Año Jubilar de la Misericordia,
porque el Santo Padre pretende que se constituya
en una “propuesta para las familias
cristianas, que las estimule a valorar los dones del matrimonio y de la
familia, y a sostener un amor fuerte y lleno de valores como la generosidad, el
compromiso, la fidelidad o la paciencia. En segundo lugar, porque procura
alentar a todos para que sean signos de misericordia y cercanía allí donde la
vida familiar no se realiza perfectamente o no se desarrolla con paz y gozo”
(AL 5).
Este
cuerpo episcopal hizo referencia entre otras realidades a la situación
actualdelafamilia y la influencia de las “tendencias culturales que parecen imponer una efectividad sin
límites, una afectividad narcisista, inestable y cambiante que no ayuda siempre
a los sujetos a alcanzar una mayor madurez...
En este contexto, los cónyuges se sienten a menudo inseguros, indecisos y les
cuesta encontrar los modos para crecer...Los fracasos
dan origen a nuevas relaciones, nuevas parejas, nuevas uniones y nuevos matrimonios,
creando situaciones familiares complejas y problemáticas para la opción cristiana” (AL
41).
Otro de los puntos discernidos en este encuentro sinodal
fue sobre elsacramentodelmatrimonio.
Siendo considerado no como una acuerdo social,
ni como un rito vacío, sino como “un don para la santificación y la salvación
de los esposos, porque su recíproca pertenencia es representación real,
mediante el signo sacramental, de la misma relación de Cristo con la Iglesia...
Los esposos son el uno para el otro y para los hijos, testigos de la salvación,
de la que el sacramento les hace partícipes… El matrimonio es una
vocación...por lo tanto, la decisión de casarse y de crear una
familia debe ser fruto de un discernimiento vocacional (AL72).
Partiendo de este aspecto la iglesia se inspira en tener un cuidado
pastoral hacia los fieles y
familias en
situacionesimperfectas, tales como quienes simplemente conviven, quienes han
contraído matrimonio sólo civil o los divorciados vueltos a casar. Inspirados
en el Espíritu Santo, “la Iglesia mira con amor a
quienes participan en su vida de modo imperfecto: pide para ellos la
gracia de la conversión; les infunde valor para hacer el bien, para hacerse
cargo con amor el uno del otro y para estar al servicio de la comunidad en la
que viven y trabajan… Cuando la unión alcanza una estabilidad notable mediante
un vínculo público y está connotada de afecto profundo, de responsabilidad por
la prole, de capacidad de superar las pruebas, puede ser vista como una
oportunidad para acompañar hacia el sacramento del matrimonio, allí donde sea posible” (AL78).
Mgr. Mary Teresa Rojas Lares
Twitter @maryrojas930
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