Sexta aparición
Más allá del llamado “Milagro del Sol, hace cien años el sábado 13 de octubre de 1917 la
Virgen María, nuevamente se presenta en Fátima, ante los tres pastorcitos Lucía,
Jacinta y Francisco, en la encima de Cova de Iría, para reafirmar su mensaje de
rezar el Rosario y hacer penitencia, por la conversión de los pecadores.
Con gran expectativa se cumple la sexta
aparición, puesto que ante la incredulidad de muchas personas la propia Virgen
María había anunciado a sus videntes
tres meses antes, que al medio día del 13 de octubre en Cova de Iria, la Señora
les revelaría su identidad y les mostraría un milagro “para que creyesen”.
Hace cien años la naturaleza característica
de Cova de Iría, en armonía con la especial presencia de nuestra Madre Celestial
y ante la asistencia de aproximadamente 70.000 personas, llovía torrencialmente
y los pastorcitos fueron al lugar, donde
la Virgen se manifestó y les dijo:
Relata Lucía que
le preguntó: -¿Curará a los enfermos?
“Unos si y otros no; es preciso que se enmienden;
que pidan perdón de sus pecados. Y tomando aspecto más triste dijo: -“Que no se
ofenda más a Dios Nuestro Señor, que ya es muy ofendido.”
“Y abriendo sus manos las hizo reflejarse en
el Sol. Y mientras se elevaba, continuaba el reflejo de su propia luz
proyectándose en el Sol”.
En esta última aparición, se produjo un gran
signo, que suele llamarse "El milagro del cielo de Fátima o el
milagro del Sol", que giraba sobre sí mismo en un espectáculo
impresionante. La lluvia cesa y el sol por tres veces gira sobre si mismo, lanzando
alrededor destellos de luz de variados colores. Parece a cierta altura
desprenderse del firmamento y caer sobre la muchedumbre. Según testigos, el
milagro del sol duró aproximadamente diez minutos,
Entretanto,
los pastorcitos eran favorecidos por otras visiones.
“Desaparecida Nuestra Señora en la
inmensidad del firmamento, vimos al lado del sol a San José con el Niño y a
Nuestra Señora vestida de blanco con un manto azul. San José con el Niño
parecían bendecir al mundo, pues hacía con las manos unos gestos en forma de
cruz”. Escribía Sor Lucía
Más allá del debate sobre si el sol danzó,
si el calor secó las ropas milagrosamente cuando unos minutos antes todos
estaban mojados por la lluvia, o si hubo
una señal en el cielo que vieron miles de asistentes, es ver la transcendencia
del mensaje mariano.
Un siglo después lamentablemente gran parte
de la humanidad sigue “ofendiendo a Dios” y las amenazas de guerras siguen
vigentes por eso entendemos que el mensaje de la Madre de Dios trasciende hasta
la sociedad actual
Porque la Virgen dijo ciertas cosas a los
pastorcillos en Fátima tan necesarias para el hombre de hoy, sobre todo en la
necesidad de reconocernos como hermanos independientemente de la religión, de
la cultura, del origen, del modo de vivir, todos somos hermanos, hijos del
mismo Padre.
Ante todo los cristianos católicos debemos
estar unidos al Papa Francisco y a nuestros Obispos, fieles a la doctrina de la
fe y a la gran disciplina de la Iglesia.
Unidos a Cristo, sobre todo sacramentalmente
por la oración y la penitencia, implorando el perdón de los pecados y la
conversión de muchos pecadores.
Agradezcamos a Dios ser partícipes en este
Año Jubilar Centenario, como testigos de la peregrinación de la imagen de
la Virgen de Fátima y particularmente el
equipo de Producciones Católicas de Venezuela que trabajamos en reflexiones muy
concretas sobre cada una de las seis apariciones de Nuestra Madre.
Asumiendo un siglo después el rol de
aquellos tres pastorcitos buscando renovar nuestra fe como Iglesia y como laicos
comprometidos a la luz de las acciones concretas solicitadas por la Virgen
Santísima.
“El milagro más importante de Fátima no es propiamente la danza del sol, sino la conversión del corazón y de vida de tanta gente que sucede aquí sin que se vea, y que también podemos llamar la ‘danza de conversión’, al ritmo de la música de Dios que resuena en el Magnificat de la Virgen y llena de alegría”. Debemos vivir este año como “un tiempo favorable de acción de gracias por el don de la visita y del mensaje de la Virgen y por las gracias recibidas”. (Mons. Antonio Marto, Obispo de Leiría-Fátima. Portugal, 27-11- 2016)
Twitter:
@mabelespina
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