sábado, 14 de octubre de 2017

Centenario de la Virgen De Fátima



Sexta aparición
    Más allá del llamado “Milagro del Sol, hace cien años el sábado 13 de octubre de 1917 la Virgen María, nuevamente se presenta en Fátima, ante los tres pastorcitos Lucía, Jacinta y Francisco, en la encima de Cova de Iría, para reafirmar su mensaje de rezar el Rosario y hacer penitencia, por la conversión de los pecadores.

   Con gran expectativa se cumple la sexta aparición, puesto que ante la incredulidad de muchas personas la propia Virgen María había anunciado a sus  videntes tres meses antes, que al medio día del 13 de octubre en Cova de Iria, la Señora les revelaría su identidad y les mostraría un milagro “para que creyesen”. 

   Hace cien años la naturaleza característica de Cova de Iría, en armonía con la especial presencia de nuestra Madre Celestial y ante la asistencia de aproximadamente 70.000 personas, llovía torrencialmente y los pastorcitos  fueron al lugar, donde la Virgen se manifestó y les dijo:


   "Yo soy la Virgen del Rosario. Deseo que en este sitio me construyan un templo y que recen todos los días el Santo Rosario".


   Relata Lucía que le preguntó: -¿Curará a los enfermos?

   “Unos si y otros no; es preciso que se enmienden; que pidan perdón de sus pecados. Y tomando aspecto más triste dijo: -“Que no se ofenda más a Dios Nuestro Señor, que ya es muy ofendido.”
  “Y abriendo sus manos las hizo reflejarse en el Sol. Y mientras se elevaba, continuaba el reflejo de su propia luz proyectándose en el Sol”. 

   En esta última aparición, se produjo un gran signo, que suele llamarse "El milagro del cielo de Fátima o el milagro del Sol", que giraba sobre sí mismo en un espectáculo impresionante. La lluvia cesa y el sol por tres veces gira sobre si mismo, lanzando alrededor destellos de luz de variados colores. Parece a cierta altura desprenderse del firmamento y caer sobre la muchedumbre. Según testigos, el milagro del sol duró aproximadamente diez minutos,

Entretanto, los pastorcitos eran favorecidos por otras visiones.
   “Desaparecida Nuestra Señora en la inmensidad del firmamento, vimos al lado del sol a San José con el Niño y a Nuestra Señora vestida de blanco con un manto azul. San José con el Niño parecían bendecir al mundo, pues hacía con las manos unos gestos en forma de cruz”. Escribía Sor Lucía

   Más allá del debate sobre si el sol danzó, si el calor secó las ropas milagrosamente cuando unos minutos antes todos estaban mojados  por la lluvia, o si hubo una señal en el cielo que vieron miles de asistentes, es ver la transcendencia del mensaje mariano.
   Un siglo después lamentablemente gran parte de la humanidad sigue “ofendiendo a Dios” y las amenazas de guerras siguen vigentes por eso entendemos que el mensaje de la Madre de Dios trasciende hasta la sociedad actual

   Porque la Virgen dijo ciertas cosas a los pastorcillos en Fátima tan necesarias para el hombre de hoy, sobre todo en la necesidad de reconocernos como hermanos independientemente de la religión, de la cultura, del origen, del modo de vivir, todos somos hermanos, hijos del mismo Padre.
   Ante todo los cristianos católicos debemos estar unidos al Papa Francisco y a nuestros Obispos, fieles a la doctrina de la fe y a la gran disciplina de la Iglesia. 

   Unidos a Cristo, sobre todo sacramentalmente por la oración y la penitencia, implorando el perdón de los pecados y la conversión de muchos pecadores. 

   Agradezcamos a Dios ser partícipes en este Año Jubilar Centenario, como testigos de la peregrinación de la imagen de la  Virgen de Fátima y particularmente el equipo de Producciones Católicas de Venezuela que trabajamos en reflexiones muy concretas sobre cada una de las seis apariciones de Nuestra Madre.



   Asumiendo un siglo después el rol de aquellos tres pastorcitos buscando renovar nuestra fe como Iglesia y como laicos comprometidos a la luz de las acciones concretas solicitadas por la Virgen Santísima.  


    “El milagro más importante de Fátima no es propiamente la danza del sol, sino la conversión del corazón y de vida de tanta gente que sucede aquí sin que se vea, y que también podemos llamar la ‘danza de conversión’, al ritmo de la música de Dios que resuena en el Magnificat de la Virgen y llena de alegría”. Debemos vivir este año como “un tiempo favorable de acción de gracias por el don de la visita y del mensaje de la Virgen y por las gracias recibidas”.  (Mons. Antonio Marto, Obispo de Leiría-Fátima. Portugal, 27-11- 2016)


Lcda. María Espina de Duarte
Twitter: @mabelespina

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