
Esa es una de los grandes tesoros de la Iglesia, manifestado incluso en como, al vivir una sola y única espiritualidad católica, es posible hacerlo desde la práctica de diversos modos y usos que, sin ser considerados ritos, son formas particulares de hacer propio el misterio de "un solo Señor, un solo bautismo, un solo Dios y Padre".
Esta riqueza inconmensurable se verifica no sólo en las muchísimas congregaciones, institutos y comunidades particulares de vida consagrada y hasta en prelaturas papales especiales, sino también en la gran abundancia de modos concretos en que los laicos pueden asociarse para compartir de forma más significativa la vida de fe ya sea en equipos, grupos, hermandades, cofradías o pequeñas comunidades de diferentes carácter, inspiración, origen y temperamento, pero todas haciendo de la Iglesia el misterio de ser "comunidad de comunidades"
El Espíritu Santo que no se deja ganar en creatividad e inspiración ha suscitado una paleta de colores extraodinariamente variada, de modo que la diversidad manifiesta del corazón humano pueda ser expresada en el seno de la Iglesia sin que de modo alguno se afecte su unidad.
Este misterio es precisamente el motor de la evangelización de todos los pueblos y debe de ser respetado infinitamente. Maravilla de la misericordia de Dios!
Alberto José Gutiérrez, Sacerdote Católico.
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