domingo, 25 de febrero de 2018

En Cuaresma…

Al gimnasio espiritual!
   En diversas circunstancias de la vida diaria, se ponen a prueba nuestras capacidades físicas y espirituales. Sobre todo para quienes optamos por avanzar en el camino cuaresmal que nos conduce a la Pascua, es decir, al encuentro seguro con Jesús resucitado.
   Por lo tanto así como optamos por la actividad física con rutinas frecuentes de ejercicios para conservar el cuerpo en forma, también tenemos que prepararnos para el intenso combate de cada día, en el moderno gimnasio espiritual de la Cuaresma.

    La Iglesia nos invita anualmente a vivir la Cuaresma en el amor de Jesús, orando, asumiendo y confesando los pecados, escuchando y meditando la Palabra de Dios, participando activamente en cada una de las celebraciones porque, principalmente nuestra conversión, penitencia y buenas obras, en este tiempo litúrgico, nos ayudan a ejercitarnos espiritualmente. 

   “En el hombre, porque es un ser compuesto de espíritu y cuerpo, existe cierta tensión, tiene lugar una lucha de tendencias entre el espíritu y la carne. Pero, en realidad, esta lucha pertenece a la herencia del pecado. Es una consecuencia de él, y al mismo tiempo una confirmación. Forma parte de la experiencia cotidiana del combate espiritual”. (Catecismo: #2516).

    En Cuaresma vale la pena animarse y perseverar para ejercitar nuestra vida espiritual, porque al entrenar en un gimnasio por vez primera, no es fácil y aun con el cuerpo adolorido hay que adaptarse poco a poco, hasta crearse el hábito y fortalecer los músculos.
   Con la vida espiritual  pasa lo mismo: hace falta hacer un esfuerzo inicial, pero después se vive especialmente, menos atado a vicios y pecados, teniendo  como entrenador al mismo Espíritu Santo, que va haciendo la obra en nosotros. 

   Recientemente  el Arzobispo Emérito de Sucre, (Bolivia), Mons. Jesús Pérez, invitó a descubrir que en Cuaresma, la Palabra de Dios y las enseñanzas de la Iglesia: “nos invitan a entrar en un gimnasio auténtico, válido y necesario para todos, donde se renueven y acrecienten nuestros músculos espirituales, para encontrarnos con Dios en mayor profundidad. En este gimnasio espiritual la Iglesia orienta a sus hijos a vivir con obras concretas lo que Jesús sintetiza: en la oración, el ayuno y las obras de misericordia”.

   Tomemos las palabras de Monseñor Pérez, como inspiración para  impulsar nuestra experiencia cuaresmal de cara a la voluntad de Dios, dejando a un lado los ruidos y obstáculos que nos impiden crecer espiritualmente, que no se trate de una Cuaresma más, sino de un tiempo de gran  espiritualidad por amor a Dios y al prójimo.
   Así como ejercitar el cuerpo nos mantiene saludables y en óptimas condiciones físicas, los ejercicios o prácticas espirituales propias del tiempo cuaresmal, nos permitan vivir una plena conversión, corrigiendo los malos hábitos o vicios, fortaleciendo la fe y practicando las obras de misericordia. 

   Como estamos llamados a volver a Dios «de todo corazón» (Jl 2,12), desarrollemos entonces un plan de acción en el gimnasio espiritual de la Cuaresma, incluyendo las prácticas generales que la Iglesia contempla litúrgicamente en este tiempo, con un régimen disciplinado de oración diaria y en el encuentro con Cristo vivo en su Palabra, en los sacramentos y en el prójimo.
   No hay dudas que nuestros esfuerzos personales, combinados con la gracia de Dios, fortalecerán los “músculos espirituales”, en la cuenta regresiva para el renacer pascual. 

    “Un retiro colectivo de cuarenta días, durante los cuales la Iglesia, proponiendo a sus fieles el ejemplo de Cristo en su retiro al desierto, se prepara para la celebración de las solemnidades pascuales con la purificación del corazón y una práctica perfecta de la vida cristiana. Todos nuestros deleites y regalos han de ser ejercitarnos en las obras de piedad cristiana, y procurar mucho mantenernos con manjares que esfuerzan a las almas para subir al cielo”.  San León Magno
                                                                                                   

Lcda. María Espina de Duarte
Twitter: @mabelespina

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