Preguntó Pilato a Cristo, pero el Hijo de Dios en silencio, sólo con su mirada
respondió…
Sus palabras
no hacían falta, en la antesala de su pasión
Oh Señor,
gracias por enseñarnos que aun en la desgracia, nos basta tú mirada de
misericordia y amor...
En tu juicio ya maltratado por la crueldad y la traición, no
respondiste a Pilato, quien infiel a su conciencia y abrumado por el temor…
No buscaba en
ti la verdad redentora, ni tu liberación, por eso el Gobernador Romano al
lavarse las manos, te condenó a la crucifixión…
Oh buen Jesús,
Dios con nosotros, desde Belén hasta el
Calvario, nos demuestras tu amor
redentor…
Aunque no
seamos dignos de tanto amor, eres Dios y no te cansas de perdonar y amar…
Pero
desde la Cruz nos enseñas que de camino
a la Pascua, no podemos pasar por alto la vía dolorosa, porque sin muerte no
hay resurrección….
Reflexionando
especialmente con tu exclamación: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”.
(Lc 23, 46)
También desde
el Calvario contemplando la misericordia de Dios, con su Verdad Redentora avancemos
cada día, sembrando buenas obras, dando testimonio con frutos de real conversión…
Así cada
Viernes Santo meditando la dolorosa pasión de Jesús, entendamos claramente como afirmó Pablo:
"Por la gracia de Dios, Él ha probado la muerte en beneficio de
todos". (Heb. 2,9)
Oh
Jesús Redentor que al ser traspasado tú pecho por la lanza de nuestros pecados
y donde brotaron sangre y agua de tu redención…
Sean
signo de nuestro amparo y protección, porque una sola gota de tu sangre basta para nuestra salvación. Amén
Lcda.
María Espina de Duarte
Twitter:
@mabelespina
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