Aunque la interacción social y cultural de nuestros días
nos impulsa a esconder las cosas del corazòn para no exponer nuestros
sentimientos e intimidades, para no mostrarnos vulnerables, cosa lógica
frente a tanta indolencia e indiferencia burlesca detrás de la que el
mundo oculta sus miedos, la imagen de San Benito de Palermo lleva su
corazón en la mano, como quien se atreve a exponerse porque todo lo que
en él hay es amor; contradicción valiente que complementa al llevar en
la otra mano un crucifijo, signo de entrega y servicio hasta las
últimas consecuencias.
Servicio y entrega al extremo con el corazón en la mano, así puede resumirse la vida del Santo Negro y a eso debería inspirarnos, a amar sirviendo y en servir amar, especialmente en situaciones como la que atravesamos en nuestro país, donde hay tantos corazones rotos, quebrados, sufrientes y temerosos por tantas injusticias.
Qué San Benito interceda por nosotros y nos alcance gracias para amar como él amó.
Felicidades en la Fiesta Patronal de San Benito de Palermo!
Padre Alberto Gutiérrez.
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