domingo, 15 de abril de 2018

Peregrinos...


   Cada uno conserva una semblanza sobre la VIDA, este don tan precioso y especial concedido por Dios.
   Seguramente las opciones planteadas por cada ser humano de generación en generación son tan amplias y diversas como la vida misma.

   Pero hay quienes conciben en su mayoría la vida como un viaje fugaz, un intrincado camino, una aventura, una trayectoria, una travesía, una peregrinación…
   Ciertamente para los creyentes en Dios, bajo la fe cristiana católica  nos conforta la idea de sentirnos peregrinos en el camino terrenal hacia la vida eterna.

   En muchas de esas sendas del recorrido dejemos morir el hombre viejo, para que nazca el Hombre Nuevo y de cara a los imprevistos del viaje, clamamos una y otra vez como el Salmista: 




           Enséñanos, Señor, el camino de la vida. Aleluya. Salmo 15


    Especialmente en el Tiempo de Pascua, somos peregrinos guiados por los pasos de Jesús Resucitado, quien sale a nuestro encuentro en el diario trajinar, con ligero equipaje y un corazón abierto de par en par, brindando sus rayos de gracia y amor.

   Somos peregrinos siempre en camino  dispuestos a nuevas experiencias sobre la base de fe, la esperanza y la caridad...
   Somos peregrinos Hijos de Dios, llorando o riendo avanzamos guiados por el amor…
   Somos peregrinos muchas veces acompañados,  pero también marchamos en  soledad…
   Somos peregrinos en la vida terrenal donde debemos sembrar buen ejemplo con trascendencia pascual…
   Somos peregrinos dejando con valentía y devoción huellas de la misericordia de Dios…
   Somos peregrinos  aunque avancemos fatigados buscamos la santidad, amando y sirviendo al hermano…
   Somos peregrinos de la vida terrenal aspirando alcanzar los bienes de la patria celestial…
   Somos peregrinos testigos de Jesús victorioso, vivo y glorioso en el pan y vino bajo consagración…

   Haz Señor que sepamos reconocerte y adorarte especialmente en la Eucaristía, comprendamos la Sagrada Escritura e iluminando nuestro corazón con la fuerza de tu Resurrección…

   Como sucedió con los discípulos de Emaús, hoy el Señor nos invita a reconocerlo, viviendo la conversión, recuperando esperanzas y rompiendo las dudas y el dolor…
   Si ya Cristo Resucitado  vive en nuestro corazón, sigamos adelante con nuestra peregrinación, porque en la Palabra y en la Eucaristía, nos acompañas siempre Señor…

   El Espíritu Santo nos guía, para vencer  la ceguera del hombre moderno que te rechaza todavía…
   Oh Jesús Resucitado,  buen compañero de camino, «Quédate con nosotros, Señor», para seguir peregrinando  felizmente como testigos de tu  resurrección…Amen



Lcda. María Espina de Duarte
Twitter: @mabelespina / Instagram: @mabelespina0906

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