Ayer como hoy la fe es la estrella, es la luz que nos
guía para avanzar con paso firme, como peregrinos en el camino de
verdad y vida.
Al igual que los "Magos de Oriente" nos ponemos en
marcha para salir al encuentro de nuestro Salvador, que se manifiestó a
la humanidad desde un humilde pesebre en la ciudad de Belén y hoy en día
renueva su presencia manifestándose desde
la Santa Misa,las Sagradas v Escrituras, los sacramentos y en la
oración personal y comunitaria.
Según relata San Mateo, la
vida de los "Magos de Oriente", cambió luego de buscar, encontrar y
adorar al Divino Niño; "Al ver de nuevo la estrella,se
llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa y vieron al niño con
María,su madre y postràndose lo adoraron. Después abriendo sus cofres le
ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Advertidos durante el sueño
de que no volvieran a Herodes, regresaron
a su tierra por otro camino". (Mt 2, 10-12)
Como peregrinos de la fe, hombres y mujeres de buena
voluntad sigamos adelante guiados por la luz de la Buena Nueva de la
Salvación revelada en Navidad. Por lo tanto nos corresponde estar
pendientes de las señales que Dios presenta en nuestras
vidas para seguir adelante en permanente conversión, sembrando entre
tristezas y alegrías, triunfos y fracasos, frutos de vida eterna.
Como lo afirma San Juan: "¿Quien es el que vence el mundo? Solo es el que cree que Jesús es el Hijo de Dios". 1Jn 5,5
Lcda. María Isabel Espina de Duarte
Twitter: @mabelespina
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