viernes, 15 de febrero de 2019

Amar, el reto del cristiano.


    No basta en ser un buen cristiano católico devoto y responsable, hay que ir más allá  asumiendo el reto de amar plenamente, desafiando las dificultades personales y sociales. 


    Amar es una bendición, una ofrenda, un compromiso, un reto de vida de cara al mandato de Jesús: "Ustedes deben amarse unos a otros como yo lo he amado". (Jn. 13,34).

   Recordemos que el mundo nos ofrece muchas interpretaciones o versiones sobre el amor, pero nos basta reafirmar nuestra fe en Dios, que es amor "Quien ama a Dios, ame también a su hermano". (1Jn. 4,21).

   Por eso amar verdaderamente no es una tarea facil, pero es posible en la medida que confiemos en Dios, que perseveremos en la buenas obras, orando y frecuentando los sacramentos para superar cada día el reto de amar.

   Reflexionando y poniendo en práctica las acertadas recomendaciones de San Pablo porque todo cristiano católico debe optar siempre por el amor fraterno y aborrrecer el mal:.
"Que el Amor sea sincero. Aborrezcan el mal y procuren todo lo bueno.
Que entre ustedes el amor fraterno sea verdadero cariño. Sean diligentes y no flojos. Sean fervorosos en el Espíritu y  sirvan al Señor.
Tengan esperanza y sean alegres. Sean pacientes en la pruebas y oren sin cesar. Compartan con los hermanos necesitados, y sepan acoger a los que estén de paso... Vivan en armonía unos con otros." (Rm. 12, 9-16)

Lcda. María Isabel Espina de Duarte
Twitter: @mabelespina

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