No basta en ser un buen cristiano católico devoto y
responsable, hay que ir más allá asumiendo el reto de amar plenamente,
desafiando las dificultades personales y sociales.
Amar es una bendición, una ofrenda, un compromiso, un reto de vida de cara al mandato de Jesús:
"Ustedes deben amarse unos a otros como yo lo he amado". (Jn. 13,34).
Recordemos que el
mundo nos ofrece muchas interpretaciones o versiones sobre el amor, pero
nos basta reafirmar nuestra fe en Dios, que es amor
"Quien ama a Dios, ame también a su hermano". (1Jn. 4,21).
Por eso amar verdaderamente no es una tarea facil,
pero es posible en la medida que confiemos en Dios, que perseveremos en
la buenas obras, orando y frecuentando los sacramentos para superar cada
día el reto de amar.
Reflexionando y poniendo en práctica las acertadas
recomendaciones de San Pablo porque todo cristiano católico debe optar
siempre por el amor fraterno y aborrrecer el mal:.
"Que el Amor sea sincero. Aborrezcan el mal y procuren todo lo bueno.Que entre ustedes el amor fraterno sea verdadero cariño. Sean diligentes y no flojos. Sean fervorosos en el Espíritu y sirvan al Señor.Tengan esperanza y sean alegres. Sean pacientes en la pruebas y oren sin cesar. Compartan con los hermanos necesitados, y sepan acoger a los que estén de paso... Vivan en armonía unos con otros." (Rm. 12, 9-16)
Lcda. María Isabel Espina de Duarte
Twitter: @mabelespina
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