La Esperanza es una caracteriza esencial de todo creyente
tan esencial como la fe y el amor, por lo tanto en medio de una sociedad que
avanza con paso de autosuficiencia y “Optimismo de Cristal” nos
corresponde testimoniar nuestra fe sobre la bases de una esperanza a prueba de
todo y cimentada en “La Roca Firme” de la palabra de Dios.
“El que escucha mis Palabras y la Practica es como un hombre
inteligente que edificó su casa sobre la roca” (Mt. 7, 24).
Porque la esperanza al igual que la fe y la caridad son
virtudes teologales que tienen a Dios como su objeto fundamento y nos permite
confiar plenamente en El.
“Por la Esperanza deseamos y esperamos de Dios con una firme confianza,
la vida eterna y la gracia para merecerlo. (Catecismo #1843).
Como exclama el Salmista “Salva el Señor la vida de sus siervos; no
morirán quienes en el esperan”. Del Salmo 33.
Se trata de vivir y compartir a prueba de la verdadera
esperanza, abandonados plenamente en las manos de Dios, porque sabemos que “Todas
las cosas Dios la dispone en favor de quienes le aman”. (Rm. 8,28)
Seamos entonces “hombres y mujeres de Esperanza” en
tiempo de crisis y de vanas ilusiones sigamos adelante a prueba de esperanza
que nos permite tener valor suficiente para enfrentar y superar todas las
dificultades que se presenten a lo largo de nuestra vida terrenal y nos protege
ante cualquier conato de desaliento y frustración.
“Vivir en esperanza en caminar hacia un premio hacia la felicidad que no
tenemos aquí pero que la tendremos allí en el cielo. Es una virtud difícil de
entender, Es una virtud humilde muy humilde, Es una virtud que nunca
decepciona”. (Papa Francisco; Homilía; 23/10/2018).
Lcda. María Isabel Espina de Duarte
Twitter: @mabelespina
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