martes, 8 de abril de 2014

EL TIEMPO DE CUARESMA



EL TIEMPO DE CUARESMA        -        SEGUNDA PARTE



REFLEXIONES, SUGERENCIAS Y RECOMENDACIONES
Mons. JOSÉ ANTONIO EGUREN ANSELMI, S.C.V.
Arzobispo Metropolitano de Piura

 



2. Sentido de la Cuaresma 

Lo primero que debemos decir al respecto es que la finalidad de la Cuaresma es ser un tiempo de preparación a la Pascua. Por ello se suele definir a la Cuaresma, “como camino hacia la Pascua”. La Cuaresma no es por tanto un tiempo cerrado en sí mismo, o un tiempo “fuerte” o importante en sí mismo. 

Es más bien un tiempo de preparación, y un tiempo “fuerte”, en cuanto prepara para un tiempo “más fuerte” aún, que es la Pascua. El tiempo de Cuaresma como preparación a la Pascua se basa en dos pilares: por una parte, la contemplación de la Pascua de Jesús; y por otra parte, la participación personal en la Pascua del Señor a través de la penitencia y de la celebración o preparación de los sacramentos pascuales – bautismo, confirmación, reconciliación, eucaristía –, con los que incorporamos nuestra vida a la Pascua del Señor Jesús. 

Incorporarnos al “misterio pascual” de Cristo supone participar en el misterio de su muerte y resurrección. No olvidemos que el Bautismo nos configura con la muerte y resurrección del Señor. La Cuaresma busca que esa dinámica bautismal (muerte para la vida) sea vivida más profundamente. Se trata entonces de morir a nuestro pecado para resucitar con Cristo a la verdadera vida: “Yo les aseguro que si el grano de trigo…muere dará mucho fruto” (Jn 20, 24). 

A estos dos aspectos hay que añadir finalmente otro matiz más eclesial: la Cuaresma es tiempo apropiado para cuidar la catequesis y la oración de los niños y jóvenes que se preparan a la confirmación y a la primera comunión; y para que toda la Iglesia ore por la conversión de los pecadores.

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