¡Hoy nos ha nacido el Salvador!
Así
lo afirma el Salmo 95 y así lo profesamos con gozo en Navidad.
Una vez más celebramos tu nacimiento ¡Oh
Divino Niño! Es tan sublime y especial
como el amor divino manifestado en tu Encarnación en el seno virginal de
María.
Tu Luz y Salvación se refleja en el silencio
de tan bella noche, donde solo los humildes; hombres y mujeres de buena
voluntad son los privilegiados de contemplarte y adorarte, para la Gloria de
Dios.
Oh Niño Lindo una mirada tuya basta para
arrullar el alma, curar las heridas, iluminar la fe, porque “Dios no cambió la
historia haciendo un gran milagro. Vino con simplicidad, humildad, como un
bebé". Papa Francisco.
Desde tu regazo de amor, pequeño príncipe de justicia y de paz te rogamos ven a nosotros una vez más,
úngenos de tu incondicional misericordia, para renovar nuestra fe, para seguir
tus sendas de verdad y vida.
Renace en nuestros corazones porque con tus palabras
de vida eterna y desde el Portal de Belén te suplicamos Niño Jesús, fortalece
las voluntades y abre los caminos de igualdad, reconciliación y justicia
social.
Que podamos entender como lo explica el Papa
Benedicto XVI “La señal de Dios es la sencillez. La señal de Dios es el niño.
La señal de Dios es que Él se hace pequeño por nosotros. Éste es su modo de
reinar”
Por eso Rey de Reyes que podamos hacernos
participantes de tus gracias y virtudes, sobre todo en este Año Jubilar de
la Misericordia, donde el mayor
compromiso es darse al hermano más necesitado.
El
Verbo se hizo hombre y hemos visto su gloria. (Juan 1, 14) Que el nacimiento de Cristo, nos ayude a tomar
conciencia del valor de la vida humana, sobre todos de los niños y ancianos.
«Que en esta Navidad, el amor, la bondad y la
generosidad entre todos sean un reflejo y una prolongación de la luz de Jesús,
que desde la gruta de Belén ilumine nuestros corazones». Papa Francisco.Lcda. María Isabel Espina de Duarte @mabelespina
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