sábado, 26 de diciembre de 2015

“Ser misericordiosos como el Padre”





  Hace pocos días iniciamos el Año Santo de la Misericordia, llenos de expectativas y esperanza avanzamos en esta nueva convocatoria del Papa Francisco, con la intención de brindarle a la humanidad una iglesia renovada más cercana y comprometida con aquellos  que sufren, con los incrédulos, incluso con los que se han alejado del camino de verdad y vida.


  Hablar de la misericordia divina es tan amplio y complejo como la esencia de Dios mismo. En tal sentido, el Santo Padre en la Bula convocatoria del Jubileo ha dicho “La misericordia además de ser condición para nuestra salvación es, la ley fundamental que habita en el corazón de cada persona cuando mira con ojos sinceros al hermano que encuentra en el camino de la vida”


  Precisamente estamos llamados a fundamentar nuestro compromiso cristiano en el ejercicio de la caridad, del amor fraterno y solidario encarnando el lema de este año jubilar “Ser misericordiosos como el Padre”, porque así seguramente  lo requiere nuestra familia, puesto de trabajo, grupo o comunidad de apostolado y la sociedad en general.


  El ritmo avasallante del progreso tecnológico y de la globalización tiende a envolvernos en la indiferencia, la individualidad, el egoísmo, o como se dice popularmente en un ¡sálvese quien pueda! , pasando por alto nuestros valores y compromiso cristiano.


  En el umbral del 2016 una nueva voz clama en el desierto, así como en su momento Juan el Bautista dijo: “El que tenga dos túnicas, que se las reparta con el que no tiene y el que tenga comida, haga lo mismo”  (Lc 3, 10).Hoy en día esta exhortación sigue vigente para que manifestemos nuestra fe cristiana, con acciones concretas a favor de quien necesite apoyo en lo material, pero también en lo espiritual. 




  El Jubileo extraordinario de la Misericordia, es tan solo un recordatorio de este compromiso de fe, como lo dice San Juan el que no ama a su hermano a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ha visto. (1Jn 4, 20). Por lo tanto oración y acción para que en este año jubilar nos revistamos con el traje de gala, reflejando la luz de la misericordia divina a los hermanos que sufren, a los enfermos, a los marginados, a los desamparados.   

Lic. Maria Isabel Espina  @mabelespina



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