domingo, 14 de febrero de 2016

LA FAMILIA EXPRESIÓN DEL AMOR DE DIOS



          

 En el artículo anterior, me refería a la familia como la iglesia doméstica, como el lugar preferido del Padre, donde se enseña, se aprende y se practica el verdadero amor que procede de Dios y nos invita a formar una unidad con El, manifestado en el comportamiento y ejercicio de  amarse unos a otros (Jn. 13:34-35).

La familia es el sitio propicio para que desde el nacimiento tengamos las experiencias significativas del amor entre los padres, del respeto recíproco en la relación fraternal, de la comprensión mutua y de vivir el perdón como la demostración final de la convivencia.

En la exhortación apostólica FamiliarisConsortio, se nos plantea la  familia como una “íntima comunidad de vida y amor" cuya misión es "custodiar, revelar y comunicar el amor" cumpliendo con la tarea de formar una humanidad para el servicio al prójimo, desarrollo y participación de la sociedad y cumplir con la misión evangelizadora de la iglesia.

Es así como los principios que se vivencian en la familia son los formadores de la persona humana, cargados de valores afectivos que se manifestaran posteriormente de una manera sana y adecuadaen la amistad, sensibilidad, compañerismo, en los otros ambientes sociales, tales como en los lugares de trabajo, en los grupos de amigos, redes sociales, entre otros.


¿Y qué es el amor? El amor es un sentir que nace y crece en el ser humano, haciéndose parte necesaria de la vida, como lo es Dios para ti y para mí, porque Dios es el mismo amor puro. (I Jn.4:8). En estos tiempos de cambios acelerados de todo tipo, naturales, tecnológicos, sociales… Dios nos invita a revisarnos interiormente a la luz del evangelio de Cristo yen alegría manifestarnos con obras concretas de amor y misericordia con el hermano, el vecino, el enfermo, el necesitado.

Recordando este tiempo litúrgico de la Iglesia católica llamadoCUARESMA,siendo una época oportuna para la conversión de nuestras actitudes impropias para practicar el “ayuno y la penitencia”, es decir, transformarlas en actitudes de  “ofrecimientos y reconciliación” como expresión del amor de Dios.

   
Mgr. Mary  Teresa Rojas Lares
Twitter @maryrojas930


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