domingo, 27 de marzo de 2016

FAMILIA LLÉNATE DE ALEGRÍA Y DE GOZO…JESÚS VIVE!





“No está aquí, porque ha resucitado como lo había dicho” Mt. 28:6




Ha Llegado el día esperado. La celebración más importante de la Iglesia Cristiana Católica, donde se conmemora la Resurrección de Jesucristo al tercer día después de haber sido crucificado, muerto y sepultado. Ya ha pasado el Camino Cuaresmal para dar camino ala Pascua del Señor, su Paso de la Muerte a la Vida. ¿Y qué es la Pascua del Señor?

La Pascua forma parte de la Semana Santa, es la Fiesta de las Fiestas, Solemnidad de las Solemnidades,donde en el "Viernes Santo" se celebra la crucifixión de Jesús, seguidamente “El Sábado Santo”que es el segundo día del Triduo Pascual,acá la Iglesia está en vigilia en espera junto al sepulcrodel máximo acontecimiento y en el gran "Domingo de Pascua"que se celebra la Resurrección y la primera aparición de Jesús a sus discípulos.En las ceremonias de este día se renuevan los sacramentos del Bautismo,por el cualla iglesia se baña con Cristo en su Pascua,así como también la Confirmación en la cual se recibe el Espíritu de la vida, y la Eucaristía ya que se participa del Cuerpo y la Sangre de Cristo, como memorial de su muerte y resurrección.

¡Jesús vence la muerte, vence el pecado, muere y resucita!
"este es el día que hizo el Señor, lleno de alegría y de gozo"(Sal 117, 24-25).

Es el cimiento de nuestra fe. Es la experiencia decisiva que la Iglesia, como Esposa unida al Esposo, recuerda y vive en cada Pascua, la renovación de su comunión con El, en la Palabra y en los Sacramentos.

Los cristianos, por la fe en el poder de Dios, hemos de penetrar espiritualmente con Jesús resucitado en una renovada forma de vida. Y es precisamente la familia la que se convierte en la gran fortaleza de la iglesia para cumplir el plan salvífico de Dios, para la humanidad.

Una familia unida en la fe, que practique el evangelio e Cristo vivo, es capaz de vencer los problemas de su entorno, de vencer el pecado, convirtiéndose en copartícipe de la búsqueda del reino de Dios, siendo Jesús el primer invitado al hogar. 

De esta manera cada integrante de una familia cristiana experimentará vivencias significativas del amor de Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, manifestadas a través de la dinámica familiar, para así poder combatir los momentos débiles de fe y practicar las tareas de misericordia encerradas en dos actuaciones: servicio y amor; tal cual como una madre y un padre manifiestan amor y ternura sobre sus hijos, ante un éxito, un error o un fracaso, con amor y perdón, sin miedo, con respeto, sin vergüenza, pero con mucha humildad.
Nuestra familia, como Iglesia Doméstica, debe reflejar el espíritu de la Pascua, el espíritu de la alegría y la victoria de Jesús vivo.

¡FELICES PASCUAS DE RESURRECCION!


Mgr. Mary  Teresa Rojas Lares
Twitter @maryrojas930












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