La “Buena Nueva” llega a Betania, hasta el calor del hogar, de la
intimidad familiar de las dos hermanas de Lázaro, que reciben con alegría al
“Maestro” para escucharle, amarle y servirle.
“Una
mujer llamada Marta, lo recibió en su casa. Tenía una hermana llamada María
que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra. Marta, en cambio
estaba atareada con los muchos quehaceres del servicio”. (Lc 10, 39-40)
Que gran privilegiopoder
sentarse“alospiesdelSeñor”, vivir esa
experiencia tan personalpara escucharle y rendirle la máxima veneración y
respeto que se merece, sin olvidar indudablemente que en “Jesús Sacramentado”, tenemos esa gran
oportunidad de alimentarnos y de acompañarlo siempre en adoración desde el
Sagrario o expuesto desde la Custodia.
Pero retomando el relato del Evangelio de “Marta
y María nos recuerda que entre tantos afanes humanos“En realidad una sola cosa es necesaria”. (Lc 10, 42) La Salvación
El ejemplo de las hermanas de Lázaro, nos
ubica en un tema muy actual, el gran dilema del ser humano, que se debate
siempre en la dinámica del tiempo y en establecer sus prioridades.
Frecuentemente al “tiempolepedimostiempo”,
para atender todos los compromisos en el
hogar, en el trabajo, en los estudios, en la comunidad parroquial o en el contexto social donde nos desenvolvemos.
Jesús de una situación
cotidiana, esta vez desde la diatriba familiar de Marta y María, nos aclara que
el discípulo debe estar con el Maestro y aprender de él, para después seguirle
y compartir esa experiencia de fe, con el servicio a los más necesitados, proclamando
su mensaje de salvación, con palabras y obras.
Como María, ella tuvo el
privilegio de sentarse a los pies del Señorasimilando sus enseñanzas,porque era
el momento de escuchar y dejar de “hacer cosas”. Por su parte Jesús corrige a
Marta, por su preocupación, afán y distracción, no por su trabajo.
“Pero el Señor le respondió; Marta, Marta,
tú te inquietas y te preocupas por muchas cosas. En realidad,una sola es
necesaria, María escogió la mejor parte, la que no le será quitada”. (Lc 10, 41-42)
María, guiada por el amor al Maestro, se
alimenta de su palabra y acoge la parte buena que no le será arrebatada,
mientras Marta trabaja para alimentar al Señor olvidando que antes de servir
debe enriquecer su fe.
“Bendeciré
al Señor, que me aconseja, hasta de noche me instruye internamente. Tengo
siempre presente al Señor y con él a mi lado, jamás tropezaré”. Salmo 15
Oración
y Acción
En María y Marta se presentan dos dimensiones
de la vida cristiana; la oración, (contemplar-escuchar) y el servicio (el
trabajo, la acción) las dos facetas son importantes y por lo tanto el Señor nos
llama a ser contemplativos activos en medio del mundo actual, porque el trabajo
no es un obstáculo para la vocación cristiana.
En ambas hermanas se ve reflejada la imagen
de la Iglesia orante y activa. Porque “es
característica de la Iglesia ser a la vez humana y divina…entregada a la acción
y dada a la contemplación”. (SacrosanctumConcilium 2)
Tiempo para orar y tiempo
para servir, busquemos siempre tiempo para estar con y por Dios, trabajando
afanosamente por alcanzar las “cosasdearriba”,
como afirma San Pablo, para que “lamejorparte”
que escojamos no nos sea arrebatada por nada ni nadie.
Todos somos “María y Marta”, con el
compromiso de vivir orando y trabajando, aunque aveces somos tentados en pasar
por alto la voluntad divina, pero como Dios no se cansa de sorprendernos, nos
corresponde estar atentos, frecuentando los sacramentos de la confesión y
comunión. Acatando la recomendación del Santo Padre Pío; “El silencio de María, más que la actividad de Marta, te sirva de
dulce inspiración. Lee, medita y practica”.
Invoquemos la ayuda de Nuestra Madre María,
ella como modelo de oración y acción, amando y sirviendo, interceda por todos nosotros
y nos guie siempre para saber escuchar a su Hijo Jesús, en los hermanos más
necesitados del amor fraterno. Así como también lo hizoejemplarmente la Madre
Teresa de Calcula, próxima a ser
canonizada el venidero 4 de septiembre y de quien compartimos la siguiente
reflexión.
“El amor tiene que ponerse
en acción…Cada trabajo es importante y lo que yo hago, no lo puedes hacer tu,
de la misma manera que yo no puedo hacer lo que tú haces. Pero cada uno de
nosotros hace lo que Dios le encomendó”.
Lcda.
María Espina de Duarte
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