domingo, 25 de diciembre de 2016

EL REGALO DE LA NAVIDAD



Una vez más es Navidad, la Buena Nueva sale a nuestro encuentro para renovar la fe, el amor y el gozo en “Dios con nosotros”,  un Dios  cercano, humano, Indefenso como un niño, que nace pobre pero fortalecido  con el calor familiar, de la naturaleza  y de los hombres de buena voluntad que acoge el llamado de los ángeles desde esa maravillosa noche.

   La Palabra de Dios nace en un pesebre de Belén, para  iluminar la historia de la salvación, para enseñarnos la riqueza del amor divino, la fuerza del amor humano  y  la importancia de la fe.

   Navidad es el mejor regalo de Dios para toda la humanidad, como lo afirma San Pablo; “En distintas ocasiones y de muchas maneras habló Dios en el pasado a nuestros padres, por boca de los profetas. Ahora, en estos tiempos, nos ha hablado por medio de su Hijo, a quien constituyó heredero de todas las cosas y por medio del cual hizo el universo. El Hijo es el resplandor de la gloria de Dios, la imagen fiel de su ser y el sostén de todas las cosas con su palabra poderosa”. (Hb 1, 1-6)


   Así celebramos que Jesús, se hace hombre para compartir nuestros sufrimientos y esperanzas, y como reza el Prefacio de Navidad III: “resplandece ante el mundo el maravilloso intercambio que nos salva; pues al revestirse el Hijo de nuestra frágil condición, no sólo confiere dignidad eterna a la naturaleza humana, sino que por esta unión admirable nos hace a nosotros eternos”.

   En cualquier rincón del mundo y con la diversidad de idiomas y culturas resuena intensamente la frase de FELIZ NAVIDAD”, porque de eso se trata de vivir con gozo y felicidad la bendición del amor de Dios, que se hace hombre para nuestra salvación, porque nos ama y nos invita a cambiar de vida, que nos abramos a Él y a los demás hombres, como una gran familia de creyentes, eliminando los focos de violencia, odio y  muerte, que están al acecho de la paz, la justicia, la prosperidad y la fraternidad de los pueblos y de la civilización del amor.

   Hace ya más de dos mil años recibimos el mejor de los regalos en Jesús, el Emmanuel,  como afirma el Papa Emérito Benedicto XVI “El Dios con nosotros, nacido en Belén de la Virgen María es la Estrella de nuestra vida”. (21-12-2005). Y ahora nos corresponde a nosotros seguir compartiendo ese regalo, como testigos de la luz, (Jn 1), portando la antorcha de la oración, la caridad, el compromiso, el testimonio y la evangelización. 

   En esta Navidad pese a las dificultades sociales, políticas y económicas de cada país, hagamos la diferencia con el esfuerzo por conservar viva nuestras celebraciones y las tradiciones que fortalecen el amor familiar y la fe en el Niño Dios, quien al nacer en la pequeña Belén nos invita a vivir como verdaderos hermanos misericordiosos, sobre todo, con los más pobres.

   Cada Navidad, celebramos la Buena Noticia que Dios se hace solidario con los hombres y mujeres de buena voluntad
“Les anuncio una gran alegría. Hoy nos ha nacido el Salvador, que es  Cristo, el Señor”. (Lc 2, 10-11)

    El pregón de los ángeles a los humildes pastores de Belén se une al júbilo del salmista; “Toda la tierra ha visto al Salvador”. (Salmo 97). Y así también para nosotros hoy en día la Navidad no sólo es un hecho histórico aislado sino el motivo clave para consolidar nuestra fe cristiana católica en el Dios Salvador, el Dios infinitamente amoroso, misericordioso y muy cercano a todos sus hijos.

  “Esto nos ayuda a comprender mejor el tema de la luz que prevalece sobre las tinieblas. Es un símbolo que evoca una realidad que afecta a lo íntimo del hombre: me refiero a la luz del bien que vence al mal, del amor que supera al odio, de la vida que vence a la muerte. Navidad hace pensar en esta luz interior, en la luz divina, que nos vuelve a presentar el anuncio de la victoria definitiva del amor de Dios sobre el pecado y la muerte. (Benedicto XVI; (21-12-2005).

   Más allá del bullicio externo de la actividad comercial y de las vanidosas celebraciones, dejemos que renazca en nuestro interior el amor de Dios hecho hombre en Jesús, nuestro hermano mayor que desde Belén hasta Jerusalén, nos enseñó el camino de verdad y vida, que debemos transitar hacia la eternidad.  
“Bendito sea el Señor Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo”. (Lc 1,68)

   Celebremos siempre en familia, en oración y con mucho gozo, esperanza y agradecimiento la Navidad, sin olvidar a quienes sufren por el pecado, la soledad, la enfermedad, la injusticia, la opresión, la guerra y por quienes se resisten a creer y dejarse amar por Dios.
 
   Seamos el mejor regalo navideño a ejemplo de la Sagrada Familia de Nazaret, protagonista de la primera navidad,  son fe, amor, humildad y sobre todo su confianza en la Palabra de Dios porque “la Palabra se hizo carne y puso su morada entre nosotros” (Jn 1,14).

   Y en nombre de Producciones Católicas de Venezuela, una muy Feliz y muy Santa Navidad para todos. 


   “Jesús yace en el pesebre, pero lleva las riendas del gobierno del mundo; toma el pecho, y alimenta a los ángeles; está envuelto en pañales, y nos viste a nosotros de inmortalidad; está mamando, y lo adoran; no halló lugar en la posada, y Él fabrica templos suyos en los corazones de los creyentes. Para que se hiciera fuerte la debilidad, se hizo débil la fortaleza... Así encendemos nuestra caridad para que lleguemos a su eternidad».
San Agustín  (Sermón 190,4: PL 38,1009)



Lcda. María Espina de Duarte
Twitter: @mabelespina

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