domingo, 1 de enero de 2017

Bendecido 2017



     Entre sonrisas, abrazos, besos, lágrimas, buenos deseos, nostalgia y reencuentros despedimos al año viejo y recibimos el  2017, como peregrinos terrenales y como parte de la tradición y de la dinámica social en la cual nos desenvolvemos. 

     Por bondad divina compartimos nuevamente con familiares, amigos y vecinos este momento tan especial y nos aferramos con amor, fe y esperanza para que en el nuevo año las metas planteadas en lo personal y colectivo, se cumplan bajo la santa voluntad de Dios.

      Con las doce campanadas, convergen muchas tradiciones o costumbres algunas más atractivas que otras, pero sin importar la raza o la cultura, todas se cumplen con el anhelado deseo de hacer realidad los sueños, sobre todo a la luz de la Palabra de Dios y de las necesidades del prójimo.

     Una de las mejores opciones para la bienvenida del año nuevo es la oración comunitaria o personal, en acción de gracias por el año transcurrido y en bendición por el nuevo año. Así cada 1 de Enero la Iglesia nos invita a compartir también la Octava de la Navidad, La Jornada Mundial de la PAZ y la Solemnidad de Santa María Madre de Dios.

     En esta fiesta mariana particularmente; "celebramos la parte que tuvo María en el misterio de la salvación y a exaltar la singular dignidad de que goza la Madre Santa, por la que merecimos recibir al Autor de la Vida" (Pablo VI, Marialis Cultus 5). 

     Es bueno empezar el año aclamando a María como; “Santa Madre de Dios, porque dio a luz al Rey, que gobierna el cielo y la tierra por los siglos de los siglos”. (Oración colecta). 
     Escuchando a Pablo que dice que "envió Dios a su Hijo nacido de una mujer, nacido bajo la ley…a fin de hacernos hijos suyos".   (Gál 4, 4-7), y también nos motivan las palabras del evangelista Lucas para profundizar en el misterio de la Navidad: "y María conservaba todas estas cosas meditándolas en su corazón".( Lc 2, 16-21).

     Por eso nadie mejor que ella, la Virgen María, como modelo para la acogida y la celebración del nacimiento del Hijo de Dios en nuestra historia y en nuestra vida y como signo de la Iglesia, nos indica que también nosotros debemos ser portadores de paz.
     Ante los conflictos actuales, empezamos el nuevo año con augurios de paz, orando y trabajando para alcanzar soluciones pacíficas, así como dice el Papa Emérito Benedicto XVI; "En cada persona el deseo de paz es aspiración esencial y coincide con el deseo de una vida humana plena, feliz y bien realizada. El hombre está hecho para la paz que es don de Dios". María no se descompuso, no se agitó, no se sintió molesta por estos grandes acontecimientos, simplemente considera, en silencio, lo que sucede, que guarda en su memoria y en su corazón, reflexionando con calma y serenidad. Esta es la paz interior que queremos tener en medio de los acontecimientos, a veces, tumultuosos yconfusos de la historia, los sucesos de los cuales a menudo no comprendemos el significado y nos desconciertan".(Homilía; 01-01-2013)

     También en la liturgia de cada 1 de enero, la Iglesia nos invita a confiar más en Dios, implorando su bendición sobre nosotros, sobre nuestras familias, sobre nuestro país y sobre el mundo entero. Pidiendo especialmente, que sepamos reconocer al Señor, siempre en todos los momentos de este año que empezamos; 

 El Señor te bendiga y te proteja, haga resplandecer su rostro sobre ti y te conceda su favor. Que el Señor te mire con benevolencia y te conceda la paz'. (Num 6, 22-27)


     De tal manera que como Hijos de Dios asumamos el nuevo año, como un viaje que emprendemos con la luz y la gracia de Dios, y en los próximos 365 días por transcurrir tengamos elreto de afrontarloscon fe, pues no sabemos si serán días alegres, tristes, difíciles o tranquilos, lo que sí sabemos es que Dios nos acompaña y también debemos estar preparados orando, asistiendo a misa, frecuentando los sacramentos, meditando las Sagradas Escrituras y sobre todo practicando la misericordia.

    Recordemos que nuestro futuro no es de predicciones mágicas ni de temor, sino un futuro esperanzador y  firme en el Dios Salvador, cuya natividad seguimos celebrando, porque ese niño encarna todas nuestras esperanzas, como rey de la paz y del amor,que nos guía y corrige cada día así como lo expresan las palabras del salmista; “Ten piedad de nosotros, Señor, y bendícenos”. Salmo 66

Feliz y Bendecido 2017 para todos, es el deseo del Equipo de Producciones Católicas Venezuela, y para complementar la reflexión de año nuevo compartimos especialmente estas palabras del Santo Padre Pio de Pietrelcina;



“Estamos por la gracia divina, en los albores de un nuevo año. Dado que sólo Dios sabe si vamos a terminar este año, deberíamos usarlo en reparación del pasado, y en preparación para el futuro. Las buenas obras van de la mano con las buenas intenciones.Comencemos hoy hermanos a hacer el bien, porque nada hasta ahora hemos hecho. Estas palabras que el seráfico padre San Francisco, en su humildad se decía a si mismo, hagámosla nuestras al comenzar el año nuevo.
La palma de la gloria está reservada sólo para los que luchan valientemente hasta el final. Por lo tanto, vamos a empezar nuestra santa batalla de este año. Dios nos ayudará y nos coronará con el triunfo eterno.”
Amén.


Lcda. María Espina de Duarte
Twitter: @mabelespina

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