Entre sonrisas, abrazos, besos,
lágrimas, buenos deseos, nostalgia y reencuentros despedimos al año viejo y recibimos
el 2017, como peregrinos terrenales y como
parte de la tradición y de la dinámica social en la cual nos desenvolvemos.

Con las doce campanadas, convergen muchas tradiciones o costumbres
algunas más atractivas que otras, pero sin importar la raza o la cultura, todas
se cumplen con el anhelado deseo de hacer realidad los sueños, sobre todo a la
luz de la Palabra de Dios y de las necesidades del prójimo.
Una de las mejores opciones para la bienvenida
del año nuevo es la oración comunitaria o personal, en acción de gracias por el
año transcurrido y en bendición por el nuevo año. Así cada 1 de Enero la
Iglesia nos invita a compartir también la Octava de la Navidad, La Jornada Mundial
de la PAZ y la Solemnidad de Santa María Madre de Dios.

Es bueno empezar el año aclamando a
María como; “Santa Madre de Dios, porque
dio a luz al Rey, que gobierna el cielo y la tierra por los siglos de los
siglos”. (Oración colecta).
Escuchando a Pablo que dice que "envió
Dios a su Hijo nacido de una mujer, nacido bajo la ley…a fin de hacernos hijos
suyos". (Gál 4, 4-7), y también
nos motivan las palabras del evangelista Lucas para profundizar en el misterio
de la Navidad: "y María conservaba
todas estas cosas meditándolas en su corazón".( Lc 2, 16-21).
Por eso nadie mejor que ella, la Virgen María, como modelo para la
acogida y la celebración del nacimiento del Hijo de Dios en nuestra historia y
en nuestra vida y como signo de la Iglesia, nos indica que también nosotros
debemos ser portadores de paz.

También en la liturgia de cada 1 de enero, la
Iglesia nos invita a confiar más en Dios, implorando su bendición sobre
nosotros, sobre nuestras familias, sobre nuestro país y sobre el mundo entero.
Pidiendo especialmente, que sepamos reconocer al Señor, siempre en todos los
momentos de este año que empezamos;
“El Señor te bendiga y te proteja, haga resplandecer su rostro sobre ti y te conceda su favor. Que el Señor te mire con benevolencia y te conceda la paz'. (Num 6, 22-27)
De tal manera que como Hijos de Dios asumamos el nuevo año, como un
viaje que emprendemos con la luz y la gracia de Dios, y en los próximos 365 días
por transcurrir tengamos elreto de afrontarloscon fe, pues no sabemos si serán
días alegres, tristes, difíciles o tranquilos, lo que sí sabemos es que Dios
nos acompaña y también debemos estar preparados orando, asistiendo a misa,
frecuentando los sacramentos, meditando las Sagradas Escrituras y sobre todo
practicando la misericordia.
Recordemos que nuestro futuro no es de predicciones mágicas ni de temor,
sino un futuro esperanzador y firme en
el Dios Salvador, cuya natividad seguimos celebrando, porque ese niño encarna
todas nuestras esperanzas, como rey de la paz y del amor,que nos guía y corrige
cada día así como lo expresan las palabras del salmista; “Ten piedad de nosotros, Señor, y bendícenos”. Salmo 66
Feliz y
Bendecido 2017 para todos, es el deseo del Equipo de Producciones Católicas
Venezuela,
y para complementar la reflexión de año nuevo compartimos especialmente estas
palabras del Santo Padre Pio de Pietrelcina;
“Estamos por
la gracia divina, en los albores de un nuevo año. Dado que sólo Dios sabe si
vamos a terminar este año, deberíamos usarlo en reparación del pasado, y en
preparación para el futuro. Las buenas obras van de la mano con las buenas
intenciones.Comencemos hoy hermanos a hacer el bien, porque nada hasta ahora
hemos hecho. Estas palabras que el seráfico padre San Francisco, en su humildad
se decía a si mismo, hagámosla nuestras al comenzar el año nuevo.
La palma de
la gloria está reservada sólo para los que luchan valientemente hasta el final.
Por lo tanto, vamos a empezar nuestra santa batalla de este año. Dios nos
ayudará y nos coronará con el triunfo eterno.”
Amén.
Lcda. María
Espina de Duarte
Twitter:
@mabelespina
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