Cada cuarto Domingo de Pascua, se le conoce
también como el Domingo del Buen Pastor. Porque Jesús Resucitado como Pastor
único y legítimo enviado por Dios Padre, ejerce su autoridad con servicio,
sacrificio, amor y entrega.
Para que nosotros, como Iglesia y ovejas buenas
del rebaño, proclamemos con el Salmista; “El Señor es mi pastor, nada me falta”, (Salmo
22). Y así le atendamos, le amemos,
obedezcamos y siguiendo sus huellas, seamos fieles, porque sólo con él, tenemos
acceso al Padre, entrada en el cielo y a la vida eterna.
Como afirma San Pedro en relación a la
muerte y resurrección de Cristo “Pues ustedes andaban antes como ovejas
descarriadas, pero ahora han vuelto al pastor y guardián de sus vidas”.
(1Pe
2,25)
Asimismo Jesús es la puerta de acceso a la
casa del Padre, mediante su sacrificio en la Cruz: «Cargado con nuestros pecados
subió al leño, para que, muertos al pecado, vivamos para la justicia. Sus
heridas los han curado» (1Pe 2,24)
La figura del Buen Pastor, expresa amor,
protección, seguridad, orientación y mediación ante Dios Padre en los caminos
por donde avanzamos de modo persona
l o en comunidad, en Iglesia. La voz del Buen Pastor, para nosotros es un motivo para vivir, creer y confiar. Su bastón, o cayado, es garantía de nuestra salvación.
Bajo el ejemplo del Buen Pastor, las palabras
de Pedro narradas en el Libro de los Hechos de los Apósteles conservan mayor vigencia
e importancia para nuestra fe cristiana:
“Conviértanse y bautícense todos en nombre
de Jesucristo para que se les perdonen los pecados, y recibirán el don del
Espíritu Santo. Porque la promesa vale para ustedes y para sus hijos y, además,
para todos los que llame el Señor, Dios nuestro, aunque estén lejos” — “Pónganse
a salvo de esta generación perversa”. (Hch 2, l4. 36-41)
Por
su parte San Juan en el capítulo 10 de su evangelio expone en palabras de
Jesús, que es «Buen Pastor» y «Puerta del aprisco» (v 9). Por lo tanto Jesús, se contrapone a los falsos
Mesías, al ladrón (1-2); al pastor asalariado (3-5), que sólo pastorea por la
paga y
no le importan las ovejas, ve venir el lobo, las abandona y huye.
"El que entra por la puerta - añade
Jesús
- es el pastor. A éste el guarda le abre y las ovejas escuchan su voz. Y él va
delante de las ovejas y éstas le siguen, porque conocen su voz. A un extraño no
le seguirán". (Jn 10, 2-4)
La Iglesia también celebra cada cuarto domingo
de Pascua, la Jornada Mundial y Pontificia por las Vocaciones, bajo el lema
este año en su 54 edición: “Empujados por el espíritu Santo para la
Misión”. Tomando como referencia la figura del Buen Pastor, que conoce
a cada una de sus ovejas y no deja de pronunciar el nombre de las mujeres y
hombres llamados especialmente, a
dejarlo todo para ir por el mundo entero a anunciar el Evangelio y pastorear a su pueblo. O como dice el Papa
Francisco; “todos los cristianos
han sido constituidos misioneros del Evangelio. Esta es también nuestra
misión: ser ungidos por el Espíritu e ir hacia los hermanos para anunciar la
Palabra, siendo para ellos un instrumento de salvación”.
“La Iglesia, en efecto, es el redil cuya puerta única y necesaria es Cristo. Es también el rebaño cuyo pastor será el mismo Dios, como él mismo anunció. Aunque son pastores humanos quienes gobiernan a las ovejas, sin embargo es Cristo mismo el que sin cesar las guía y alimenta; El, el Buen Pastor y Cabeza de los pastores, que dio su vida por las oveja”. (Catecismo; #754)
Gracias Buen Pastor
Alabanzas
y Gracias a ti Buen Pastor, Guardián del rebaño de Dios.
Jesús
Resucitado también eres el Buen Pastor que apacienta el rebaño, a ti
encomendado por Dios Padre Soberano.
Con las
armas de la luz enderezas el sendero de cada oveja descarriada, que por la vida
marcha sin reparo y sin esmero.
Con
amor afirmaste: “Yo soy el buen pastor. Que da la vida por sus ovejas”
Y así
lo demostraste en la
Cruz, dando la vida por tu grey.
Pero tu
misión redentora no quedó en la historia y continúa cada día renovándose
cuidando, amando y guiando al rebaño con tu gloriosa luz.
Te
preocupan los problemas, los sufrimientos y necesidades de tu rebaño siempre
azotado por el sigiloso lobo disfrazado de pecado.
En aquel tiempo dijo Jesús: «Mis ovejas
escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida
eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano.
Y tu rebaño responde, "El Señor es mi pastor nada
me falta en verdes praderas me hace recostar, me conduce hacia fuentes
tranquilas y repara mis fuerzas.”
Oh Jesús Buen Pastor, que me alimentas en la
Eucaristía, calmas mi sed con agua de vida eterna, cura mis heridas y hasta me
cargas cuando caigo por el peso de errores y pecados.
Eres el
Supremo Pastor por Dios Padre enviado, que ama a las ovejas
con amor total y así somos Bienaventurados.
Jesús Resucitado
eres nuestro Pastor, fuente de vida y salvación, para tu rebaño que te conoce y te debe adoración.
Cristo camino y puerta, camino de salvación y
puerta por donde deben pasar quienes deseen llegar hasta la plenitud de la vida
celestial.
En tu
redil, en tu Iglesia Buen Pastor, Guardián del rebaño de Dios acompaños,
protégenos siempre y danos tu bendición.
“Yo soy la puerta; si uno entra por mí, estará a salvo; entrará y saldrá y encontrará pasto.” (Jn 10, 9)
Lcda. María Espina de Duarte
Twitter: @mabelespina
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