jueves, 2 de noviembre de 2017

Guiados con GPS Espiritual



   Con el actual desarrollo tecnológico y como a nadie le gusta estar desorientando en la vida, que bueno sería tener un GPS especial con beneficios espirituales, más allá del dispositivo que ya conocemos.

  El GPS Global Position System o Sistema de Posicionamiento Global, que nos ayuda a llegar a un lugar determinado, basado en la información archivada en su memoria y el sofisticado sistema de satélites que permite determinar y calcular la mejor ruta para llegar a la dirección indicada. 

   Así  con todas estas características tener un GPS  espiritual,  en el cual tan solo con programar las respectivas coordenadas, sería la guía principal para conocer, aceptar y cumplir  la voluntad de Dios y responder como el salmista: 


Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad”. Salmo 39


   Un sistema de navegación espiritual sería un instrumento muy útil y seguramente beneficioso, pero sabemos que la realidad es más compleja y nos exige mucha fe y oración en nuestra travesía de vida cristiana cotidiana.
   Sobre todo cuando nuestras aspiraciones no coinciden con el plan de Dios y llevamos el estilo de vida actual al ritmo de compromisos de todo tipo que nos llevan  hacia una rutina muy dinámica pero al mismo tiempo muy dispersa,  porque la mayoría de las personas ha perdido el rumbo, en particular con respecto a los valores cristianos. 

   Los afanes de la vida, las diversas opciones que nos presenta el mundo nos pueden distraer de la relación con Dios y del cumplimiento del llamado que tenemos y terminamos preguntándonos: 





-¿Qué he hecho? ¿Dónde estoy? ¿Hacia dónde voy?  ¿En qué momento perdí el rumbo?


   Ante estas interrogantes activemos nuestro GPS espiritual orientado principalmente por los satélites de la FE, ESPERANZA y CARIDAD y bajo las coordenadas de la oración, meditación de las santas escrituras y frecuentando los sacramentos, para así reprogramar la ruta y regresar al camino correcto.

   Por eso el Papa Francisco recomienda orar mucho para lograr estar en armonía con la voluntad divina; “La oración para querer hacer la voluntad de Dios, y oración para conocer la voluntad de Dios. Y cuando conozco la voluntad de Dios, también la oración, por tercera vez: para hacerla. Para 
cumplir esa voluntad, que no es la mía, es la suya. Y no es fácil”. (Homilía: 27-01-2015)
   Recordemos también que Dios no nos presenta la vida como una pesada carga sino como una misión, nacemos para algo, todos tenemos una llamada concreta, desde nuestra concepción, que se va desarrollando con el curso de los días y de los acontecimientos, aún en medio de las contradicciones de la vida.

    Así como reflexiona el Papa Emérito Benedicto XVI: “Cuando la realización de la propia vida está orientada únicamente al éxito social, al bienestar físico y económico, ya no se razona según Dios sino según los hombres. Pensar según el mundo es dejar aparte a Dios, no aceptar su designio de amor, casi impedirle cumplir su sabia voluntad”. (Ángelus; 28-08- 2011)

   Muchos consideran que estar en armonía con la voluntad divina, son solo cosas de sacerdotes, religiosos y de la gente de los “grupos de la Iglesia”, pero en realidad no es así, sobre todo si tomamos en cuenta la gran cantidad de personas que a diario reza el Padre Nuestro: “Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra”.  (Mateo 6:10).

   Quizás por costumbre o conscientemente le pedimos a Papa Dios –Hágase tu voluntad–, sin tomar en cuenta que es una petición que condiciona nuestra vida, porque nos lleva a negarnos a nosotros mismos en todo aquello que no está de acuerdo con la voluntad de Dios, manifiesta en sus mandamientos. 

   “Hágase tu voluntad” equivale a decir: “Padre me pongo en tus manos y estoy dispuesto a aceptar lo que tú tienes planeado para mí, porque ¿quién mejor que tú podría escoger lo mejor para mí?”.
 
    Recordando también especialmente las palabras y el ejemplo de nuestro Señor Jesucristo: quien se hizo obediente hasta la muerte y muerte de cruz: No todo el que dice Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre, que está en los cielos”. (Mt. 7, 21)

    Por lo tanto frente a una decisión importante o al querer conocer la voluntad de Dios y no equivocarnos en la ruta, activemos nuestro GPS Espiritual, porque Dios nos ha confiado vida, talentos y oportunidades y como afirma el Papa Francisco, ser cristiano significa hacer la voluntad de Dios y la voluntad divina en el cielo coincide con la buena voluntad de todos los hombres que trabajan por un mundo más fraterno aquí en la tierra: 


   “La voluntad de Dios es la que Cristo enseñó y cumplió: humildad  en la conducta, firmeza en la fe, reserva en las palabras, rectitud  en los hechos, misericordia en las obras, orden en las costumbres,  no hacer ofensa a nadie y saber tolerar las que se le hacen, guardar paz con los hermanos, amar a Dios de todo corazón,  amarle porque es Padre, temerle porque es Dios; no anteponer  nada a Cristo, porque tampoco él antepuso nada a nosotros;  unirse inseparablemente a su amor, abrazarse a su cruz con  fortaleza y confianza”.  San Cipriano



Lcda. María Espina de Duarte
Twitter: @mabelespina

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