domingo, 25 de marzo de 2018

Vivir la Semana Santa


   Con el despertar de la primavera en el camino cuaresmal, despunta sobre el horizonte de nuestra fe cristiana, la Semana Santa.
   Tiempo por excelencia en el cual la Madre Iglesia nos invita a reflexionar sobre  los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús, para aprovechar todas las gracias propias del Tiempo de Pascua.
   En Semana Santa, o como también se le conoce “La Gran Semana, Semana de la Pasión o Semana Mayor”, debemos darle a Dios el primer lugar y participar en familia  en todas las celebraciones propias de este tiempo litúrgico.


   “La santa Madre Iglesia considera que es su deber celebrar la obra de salvación de su divino Esposo con un sagrado recuerdo, en días determinados a través del año. Cada semana, en el día que llamó "del Señor", conmemora su resurrección, que una vez al año celebra también, junto con su santa pasión, en la máxima solemnidad de la Pascua. Además, en el ciclo del año desarrolla todo el Misterio de Cristo”. (Catecismo; #1163)


   Vivir la Semana Santa es acompañar a Jesús con nuestra oración, sacrificios y el arrepentimiento de nuestros pecados, es decir para morir al pecado y resucitar con Cristo.
   Si pusimos en práctica todas las reflexiones compartidas durante el camino cuaresmal, seguramente emprendemos alegres y ligeros de equipaje la travesía hacia una nueva Semana Santa, como antesala al tiempo de gracia pascual.
  Sobre todo si la base de nuestra preparación cuaresmal se fundamentó sobre la  particular invitación del Papa Francisco, para descongelar el amor, con una dosis especial del “dulce remedio de la oración, la limosna y el ayuno”.

   Si no es así, entonces aprovechemos al máximo estos días para ejercitar nuestra fe cristiana, porque lo importante de este tiempo no es el recordar con tristeza lo que Cristo padeció, sino entender por qué murió y resucitó, para revivir su entrega a la muerte por amor a nosotros y el poder de su Resurrección, que es primicia de la nuestra.
   Desde el Domingo de Ramos hasta el Triduo Pascual, somos testigos de la grandeza del amor misericordioso de Dios, al entregar  lo más valioso que tenía, a su propio Hijo unigénito:  


“Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por Él. (Juan 3, 16-18)


   Cada Domingo de Ramos, celebramos las dos caras centrales del misterio pascual: la vida o el triunfo, mediante la procesión de las palmas en honor de Cristo Rey y la muerte o el fracaso, con la lectura de la Pasión del Señor, según San Marcos.  
   Para seguir los pasos redentores de Jesús, sólo es posible por el camino del servicio, de la donación, del amor, así también avancemos para entrar triunfantes en Jerusalén pero pregonando fielmente: “Bendito el que viene, el Rey, en nombre del Señor. Paz en el cielo y gloria en las alturas” (Lc 19, 38).  Sin cambiar radicalmente como lo hizo el pueblo judío, del “Hosanna” a  “Crucifícalo”.

   Pidamos al Señor vivir la Semana Santa con renovada esperanza y fe, para que las celebraciones de estos días nos ayuden a permanecer en la fidelidad a Dios, alabando y proclamando a Cristo Rey y perseverando  en nuestra “vía dolorosa”, con  los frutos de redención que brotan  de su muerte y gloriosa resurrección.





  “Acojamos, pues, al Señor Jesús con los niños que cantan «Hosanna». Sigámosle cuando entra en Jerusalén; sigámosle también cuando terminan los aplausos, cuando el entusiasmo se apaga... Y si, por nuestra debilidad, nos avergonzamos de él, lo renegamos, pidámosle inmediatamente perdón. Dejemos que su mirada de misericordia entre en nuestro corazón, y lloremos sobre nuestro pecado. Que la Virgen María nos acompañe en el itinerario de la Semana Santa. Que nos ayude a vivir el misterio de la Pasión del Señor, siguiéndolo con ella hasta el pie de la cruz. Y que nos haga llegar a la alegría luminosa de la Resurrección. Amén. (Papa Francisco; Homilía: 20-03-2016)



Lcda. María Espina de Duarte
Twitter: @mabelespina

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