viernes, 8 de junio de 2018

Parece fácil.

    “Porque yo sé bien en quién tengo puesta mi esperanza”, dice San Pablo en 2 Tm 1,12.

 Esta sentencia es, a mi juicio, uno de los testimonios de transmisión de la fe más consistentes e inspiradores que se pueden encontrar en el corpus paulino.

 No desfallece San Pablo, ni se asusta, ni negocia su conciencia, ni vende su dignidad al mejor postor, aún a costa de su propia vida, porque confía plenamente en Aquel que le ha llamado a su servicio y no le defraudará. 

La fuerza de esta expresión alimenta incesantemente la espiritualidad cristiana enraizada en la predicación del Apóstol, porque se cumplió en él y se cumple en todos los que cerrando los ojos a las lisonjas del mundo se abren a una vida plena de confianza en Dios.

Parece fácil. 


P. Alberto Gutiérrez.

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