Pedir perdón y perdonar es liberar y liberarse del ardor de la herida, del peso de la culpa y del dolor del resentimiento. Es vivir honestamente buscando la paz.
El perdón no implica la descalificacion ni el desconocimiento del daño causado y recibido, sino la voluntad de superarlo, porque la vida es una sola y solo una.
Por ello el perdón es un ejercicio de la razón y del corazón en sincronía de libertad.
P. Alberto Gutiérrez
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