Cada Domingo de Ramos, llamado también de la Pasión, nos recuerda que es imposible llegar a la Pascua, sin antes pasar por Jerusalén, acompañando a Jesús quien va a entregar su vida en la cruz por nuestra Salvación.
"La entrada de Jesús en Jerusalén manifiesta la venida del Reino que el Rey-Mesias llevará a cabo mediante la Pascua de su Muerte y de su Resurrección" (Catecismo;#560)
La dinámica cuaresmal ya próxima a la Pascua, nos ubica en la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén para recordarnos que así también él quiere entrar y reinar en nuestras vidas con su ejemplo de obediencia, servicio, donación y amor.
Reflexión: Que nuestra vida sea una continúa alabanza y aún en las pruebas más difíciles podamos clamar de corazón: "Hossana Bendito el que viene en nombre del Señor." (Lc 19,38)
Así también nos corresponde vivir con mayor autenticidad el Evangelio, haciéndonos compañeros de camino de quienes viven en mayor dificultad.
Siguiendo el ejemplo de donación y humildad que Jesús nos revela con su Pasión, donde el dolor y el sufrimiento son la antesala para una nueva vida, en Resurrección.
Lcda. María Isabel Espina de Duarte
Twitter: @mabelespina
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