De cara al testimonio de Juan el Bautista el mensaje es
claro y contundente “Preparen el camino al Señor enderecen su sendero” (Lc. 3, 4).
Por lo tanto nos corresponde ya en la segunda semana de
adviento reflexionar para saber cuáles son esos “Montes o Cerros” que nos
obstaculizan nuestro camino hacia la verdadera Navidad, tomando en cuenta que
ese camino pasa por el amor al prójimo.
Como se afirma en el Catecismo de la Iglesia Católica: “Los discípulos de Cristo deben asemejarse a Él,
hasta que Él crezca y se forme en ellos” (Catecismo # 562).
En su momento Juan el Bautista
planteaba la necesidad del arrepentimiento y la conversión como condición
preparatoria para la llegada del “Reino
de los Cielos”. Hoy en día esta condición sigue vigente como parte de
Adviento, y en el recorrido a la Navidad esta conversión debe ser evidente en
cada uno de nosotros con acciones concreta de Amor, Servicio, Compromiso,
Solidaridad en favor de quienes más los necesitan.
Sigamos nuestra preparación a la
Navidad poniendo en práctica la enseñanza de Juan Bautista, quitando todo obstáculo
que nos impida avanzar en el ejercicio del amor fraterno a través de las Obras
de Misericordia, la Meditación de la Palabra, la Oración Diaria y Ferviente y
no dejando a un lado un buen Examen de Conciencia y una Buena Confesión para
que todo esto nos permita acoger al Emmanuel.
Tomando en cuenta también la
recomendación de San Pablo a las comunidades Romanas: “Que Dios fuente de toda paciencia y consuelo, les conceda a
ustedes vivir en perfecta armonía unos con otros conforme al espíritu de Cristo
Jesús para que con un solo corazón y una sola voz alaben a Dios Padre Nuestro
Señor Jesucristo” (Rm. 15, 5 – 6).
Lcda. María
Isabel Espina
Twitter:
@mabelespina
No hay comentarios:
Publicar un comentario